Ayer leía un interesante artículo sobre como varios ciclistas eran capaces de mejorar su rendimiento, siendo "engañados" al correr contra su mejor marca, demostrando que el cerebro es decisivo para incrementar el esfuerzo. Y es que, como todos los aficionados y practicantes del deporte sabemos, no es solo el estado físico el que determina el rendimiento, sino que la situación anímica / emocional es igualmente importante.
Después cada persona es un mundo, y en el día a día, no siempre sirve la competencia con uno mismo y con sus marcas para motivarte y hacerte entrenar. Cuando esto pasa, suele ayudar el tener personas cercanas que comparten tus objetivos y que te puedan animar / obligar. Esto es lo que me está pasando a mi con mi compañero Ángel, en nuestro camino para preparar la Behobia - San Sebastian, y es que los días en los que el sofá te absorbe, o las piernas no dan más de si, el ver sus progresos en tiradas largas, o los tiempos que va consiguiendo, sirven de acicate para exprimirte un poco más, o para no dejar para mañana el entreno que debías hacer hoy, no vaya a ser que él vaya progresando más que tu...
Gracias a todo esto, parece que vamos dejando atrás las malas sensaciones que he tenido todo el verano en los entrenos a pie, y tanto en las tiradas largas, como en los entrenos de cambio de ritmo y suaves, las piernas responden y los progresos parece que se van consiguiendo... Esto marcha.
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