Dijo Séneca en una ocasion que "No hay viento favorable para el barco que no sabe a donde va", y como llevo unos días sin saber como empezar ni enfocar este post, pues me valgo de esta frase gandilocuente como punto de partida, ruego me perdonen los puristas.

Haciendo una traducción libre (muy libre) de esta frase al mundo de la actividad física y el deporte, podríamos decir que no hay entrenamiento válido si no sabemos para qué lo hacemos. Y es ese uno de lo errores más comunes que solemos cometer todos los que de una forma u otra nos dedicamos a afrontar retos deportivos de mayor o menor envergadura, entrenar por que si, haciendo esto o lo otro segun por donde no sople el viento, yo el primero.

Y mira que la teoría está clara y parece fácil, defines un objetivo, compruebas tus facultades, estableces las necesidades y planificas un proceso acorde con todo esto. Pero luego la práctica, la realidad, es la que lo enfanga todo, la que te pone en tu sitio, sobre todo si es la primera vez que te enfrentas a una prueba similar.

Claro que tambien puede pasar que conozcas la teoría, apliques correctamente la práctica, y los vientos te lleven por caminos que jamás pensaste que transitarías. Asi me ocurre por ejemplo a mi, ciclista y cicloturista de toda la vida, que superado el primer tercio de la temporada, a día de hoy llevo realizados más entrenos a pie que en bici (sin comentar sobre intensidad y tipologia) o por ejemplo que te apuntes a una Media Maratón como mero entrenamiento para tu objetivo de la temporada...

Y no es que me queje, conste, porque los vientos que soplan son vientos de mejora, sin duda, simplemente me surge la reflexión de que hay que tener cuidado con lo que se desea, porque en algun momento, igual se puede volver realidad... y en esas estamos, en el buen camino, un camino nuevo, pero que seguro me dirige al puerto deseado, seguimos.