Se entrenaban para estar muertos, estos animalitos verdes de ojos saltones, no cesaban de dar brincos de hoja en hoja, de piedra en piedra, acompañadas de un rumboso sonido desde bien entrada el alba. 
Se rumoreaba que iban buscando personas, yo observaba desde mi charca a estás locas ranas, de tanto en tanto buscaba el sustento de la mañana, eran tiempos difíciles, los insectos escaseaban. Un día caluroso de verano aún sin comer nada, apareció por el lugar un muchacho alto con sombrero de paja, no pude más...yo también desee que alguien me besara.


By Aurora Mendoza