Me encanta que los planes salgan bien! No os imaginais la cantidad de tiempo que llevo deseando empezar así una entrada del blog, y por suerte para mi, la crónica del Half Challenge Barcelona Maresme lo merece al 100%.


Un fin de semana perfecto, con la compañía perfecta, en el que no sufrimos ni el más mínimo contratiempo, solo se podia rematar con una buena carrera, y aunque no pude librarme de las dudas de última hora, cada minuto que pasaba me iba convenciendo de que así sería. Me había preparado bien, venía con la lección aprendida del año pasado, no había dejado ni un solo detalle al azar... Esto solo podía acabar bien.

Un pequeño cambio, creo que acertado, respecto al año pasado en Marbella, fue decidir viajar el viernes, para llegar a tiempo de recoger los dorsales, familiarizarnos con el entorno y el recorrido y aprovechar el día antes de la carrera para un último entreno suave, comer tranquilamente, un chapuzon con las medusas locales, y después de la pasta party, a la cama pronto, a descansar y dormir lo que los nervios nos permitieran.

El día de la carrera el madrugon era obligado, 6 de la mañana en pie, a por un buen desayuno, a las 7 a boxes a ultimar los detalles en la bici y las dos transiciones. Cierran boxes, a las 8 salen los Elite, y mientras vemos el resto de la salidas de los federados, vamos matando los nervios como buenamente podemos hasta que a las 9 nos llegue el turno al último grupo, colocarse bien el neorpreno, ultimos estiramientos, toma de contacto con el agua para un breve calentamiento, y completando el ritual, vamos ocupando nuestros puestos en la camara de llamdas.

Concentración
Los últimos 10 minutos pasan aún más despacio si cabe, encuentro a Aurora entre la cantidad de publico que nos anima y nos dedicamos los últimos guiños de buena suerte, el agua está en calma y apenas corre una brisa suave, "un último aplauso para los corredores" exclama el speaker, bocina al aire y empezamos el reto, 1900 metros nos sepraban de la primera transicón.

En contra de lo esperado, los primeros metros me encuentro nadando entre un gran peloton, muchos brazos, piernas y golpes a cada brazada, es una buena señal (no voy el último) pero con su perte negativa, el esfuerzo se multiplica, las gafas se me han movido y llenado de agua, en algún que otro momento me veo incluso fuera de la carrera con la nariz rota por un golpe fortuito. Por suerte, una vez pasada la primera boya, a los 200mt la cosa se va estirando y ya resulta más facil nadar, la visibilidad es perfecta y solo me tengo que preocupar de encontrar mi ritmo. Lo encuentro ràpido y al llegar a la segunda boya, 700mts, noto que voy muy cómdo, nadar se ha convertido en un acto mecánico y mi cabeza se permite el lujo de divagar y pensar en otras cosas, y así me eucnentro a mi mismo, en pleno medio ironman, pensando en los Hobbits, los cuales no saben nadar, y aún a pesar de la ventaja de sus grandes pies para propulsarse en el agua, lo tendrían bastante dificil para apuntarse a una carrera como esta, pobrecillos... Cuando me quiero dar cuenta, he alcanzado la última boya, los ultimos 300 metros de vuelta a la playa, me concentro en incrementar un poco el ritmo, y finalmmente alcanzo la orilla con un tiempo ligeramente mejor que en Marbella 42min 32 segundos, 1 de 3: check.

Transición un poco caotica, pierdo las gafas, mucha gente dentro de la carpa cambiandose, se me caen los geles, me hago pipi, no encuentro la bici.... al final conseguimos salir, 90km de bici nos esperan.

Transición
Los primeros kilómetros de la bici son ratoneros por las calles de la ciudad, muy divertidos, levantarte, sentarte, apretar... así hasta que llegamos a la N-II un tramo de unos 20km prácticamente planos desde Calella hasta Mataró y vuelta por el mismo sitio, solo un par de repechos que venian bien para cambiar de postura y apretar las tuercas a los "despistados" que se olvidaban de las distancias legales de drafting. Como es lógico, este es el sector que menos me preocupa, me centro únicamente en ir con buena cadencia, no cebarme, hidratarme bien e ingerir geles y barritas suficientes para ir manteniendo los depósitos llenos. Como todo esto tambien son actos mecánicos, mi mente vuelve a su camino, pensando en cosas más importantes: ¿por que los Hobbits no irían a Mordor en bicicleta? las carreteras no serían muy buenas, pero algo de tiempo habrían ganado, aunque claro, el monte del destino menudas rampas tendrá... En estas vuelvo a ponerme alerta, ya estoy de vuelta en Calella, directo a la T2 con un buen tiempo de 2h:47min:22seg, 2 de 3: check.

                             

De nuevo en la carpa, una transicion mucho más rápida, fuera casco, dentro zapatillas de correr, y a por la media maratón, 21.2km corriendo y ya habremos terminado, era el momento del todo o nada, mi verdadera prueba de fuego. Nada más salir de la carpa cambio la función del reloj, fuera crono, no me importa el tiempo, aquí solo hay que lanzar una zancada detrás de otra, así hasta llegar a meta. En la bici no lo habia notado, pero hace un calor tremendo, me empiezo a arrepentir de correr con el culotte, apúntalo para la próxima (¿próxima!!??) los primeros 3km se me hacen muy cuesta arriba, las piernas estan como autenticos palos, la espalda duele y no encuentro un ritmo comodo. En el primer avituallamiento bebo y me refresco como si nunca hubiera conocido el agua, adelanto y voy siendo adelantado, poco a poco los dolores desaparecen (o dejo de darles importancia). El circuito es sencillo, 5km ida y 5km vuelta, todo pegados a la costa, con avituallamientos completos cada 2.5km. Aunque he entrenado mucho este sector, me doy cuenta que solo podré acabarlo en modo supervivencia, no es el momento de exhibiciones, la meta es llegar con fuerza al siguiente avituallamiento para disfrutar de sus manjares y lo mismo hasta el siguente.... la estrategia funciona hasta el primer paso por meta, km 10.1, allí están Aurora y familia aguantando la solana, aun con fuerzas para gritar y aplaudir llenándome de ánimos todos los depósitos.

Con fuerzas para saludar

Solo una vuelta más al circuito, solo una hora más y habré cumplido el objetivo. Decido empezar con los geles, aún con miedo de que mi estomago se rebele ante la mezcla, mientras continúo con la estrategía de marcar una meta en cada avituallamiento, agua, gel, naranja, sales... La distancia es dura, y el calor la hace aún más dura, pero lo que realmente hunde la moral es correr como un alma en pena buscando una meta mientras ves las terrazas a pie de playa llenas de gente degustando heladas y espumosas cervezas... La battalla mental es igual o más importante que la física, todos los sentidos puestos en la siguiente zancada, ya no es momento de pensar en hobbits, seguro que ellos no pensaron en mi, pero... un momento, ¿ese de ahi no el Bilbo? joder, que si!!... Al final no era, solo un hombre bajito con los pies peludos, parece que empezaban las alucinaciones... Miro el reloj, voy mal, pero en ese ritmo bajaré de las 6h, parece que al final ganaré mi batalla con la distancia Medio Ironman.

Ultimo avituallamiento, 2,5km para la meta, ademas del agua y la naranja, noto como me sube un chute enorme de adrenalina que me ayuda a subir el ritmo, aunque quizá solo mentalmente, empiezas a acordarte de tantas horas dedicadas, de tantos entrenos a deshoras, sesiones dobles, triples... te acuerdas de como los más cercanos, aun sin entenderlo, te han animado y dado su apoyo para que lograras tu objetivo, te acuerdas de muchas cosas hasta que pisas la alfombra roja, el último kilómetro esta bajo tus pies, la mente se queda en blanco, felicidad, esa es la palabra que describe tu estado, ganas de llorar, reir, bailar, gritar... Vuelvo a ver a Aurora, aguanto a duras penas las lágrimas, este año si: LO HEMOS CONSEGUIDO!!! Tiempo final 5horas 45minutos 17segundos 3 de 3: check!



Cruzas la meta, te ponen la medalla, camiseta de finisher, tres cervezas del tirón, un pequeño sandwich, una sonrisa complice con algun otro finisher, otro sandwich, hay masajes, pero no aguanto más, fuera está lo importante, las personas que han estado animándome desde el minuto 0, ahora es el  momento de compartir la satisfacción por el trabajo cumplido.

Felicidad
Dice el refrán que solo el hombre es capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, yo lo he hecho, la piedra del Medio Ironman, la primera vez caí, pero esta segunda he conseguido acabar de pie. Creo incluso que tengo un tiempo mejor que este en las piernas, pero ya no me obsesiona demostrármelo, puede ser que repita, o puede ser que no, mientras tanto... seguiremos disfrutando del camino!

PD: Muchas gracias a todos/as los que habeis pasado por aquí y habeis dedicado vuestro tiempo en animarme!

*FOTOGRAFÍAS cortesía de Aurora Mendoza y José Sanchez