Reconozco que una vez cumplido el gran objetivo del año, en que había invertido todo mi empeño e innumerables horas, tanto mis ganas de entrenar como las historias que contar en este blog, se han ido reduciendo irremediablemente. Aunque en realidad, debo admitir que lo que más he notado ha sido la falta de planificación desde que decidí prescindir del entrenador.

También es cierto que en estos meses de verano, aunque aún no me han llegado las vacaciones, mi tiempo disponible para entrenar tambien se ha visto reducido por diversas razones que no vienen muy a cuento en este blog. Los meses han sido distintos, así en Julio, pude aprovechar bastante las horas disponibles para sumar los suficientes kilómetros en bici, recuperando sensaciones y entrenos atrasados, para poder llegar con un estado de forma decente a otro de los objetivos del año, la Marcha Cicloturista Carlos Sastre, en la cual disfrute de un día perfecto de bicicleta con mi señor padre y nuestro primo Emilio. Después de 2 años, realmente me apetecía y echaba de menos el ambiente 100% ciclista que se respira en estas marchas.

Agosto ha sido más complicado, un viaje inesperado, un calor continuo y atenazante, se han sumado de forma irremediable a la reducción paulatina de horas de luz y la flagrante pereza quue siempre acecha, traduciéndose todo ello en el mínimo de horas entrenadas este año, y el máximo de malas sensaciones cuando me he obligado a hacer algo.

El próximo objetivo es repetir con éxito en la Behobia - San Sebastian, tengo algo más de 2 meses para prepararme, todo ello con vacaciones mediante. La tan ansiada mejora de mi nivel a pie se ha perdido en algún momento de estos meses bajo mínimos, y la experiencia del año pasado me dice que o me pongo las pilas, o lo voy a pasar muy mal.

El punto positivo es que no puedo entrenar peor de lo que lo he hecho hasta ahora, así que con un poco más de motivación y trabajo por mi parte, solo puedo ir a mejor... al menos espero que así sea.