Asesinos, decenas de asesinos en potencia sentados al volante de sus vehículos motorizados. A eso es a lo que nos enfrentamos cada vez que salimos con la bici a prácticar el deporte que nos apasiona, tanto yo como el resto de miles de ciclistas que poblamos las carreteras, bien sea como entrenamiento, divertimento, forma de transporte, e incluso herramienta de trabajo, como lo es para los ciclistas profesionales.

El pasado domingo, mientras cubría los 50km de ruta previa a la comida navideña de mi club ciclista, me sorprendía la trágica noticia del atropello mortal de Iñaki Lejarreta corredor vasco de mountain bike, perteneciente al equipo Orbea. El, como tantos otros compañeros ánonimos antes, ha sido la última víctima de los asesinos que copan nuestras carreteras.

DEP Iñaki
Con el paso de los días se van sumando detalles que no hacen sino aumentar el miedo e indignación ante el suceso. Iñaki estaba esperando su primer hijo para el próximo mes de enero. Hoy tambien hemos sabido que el asesino que se lo llevo por delante, al parecer conducía bajo los efectos las drogas.

Muchos pensareis que es culpa nuestra que nos ocurran estas cosas, que ya sabemos lo que hay en la carretera y que lo mejor sería que nos quedáramos en casa. Pero me resisto a creer que la solución para que llegue el fin de la masacre sea que las víctimas nos quedemos en casa. España es el pais de Europa con mayor número de ciclistas asesinados, algo no está bien y nadie parece querer tomar cartas en el asunto, unicamente son cifras, y cuando el asesinado es famoso, una simple mención en las noticias.

Nosotros somos las víctimas, aunque no se puede negar que tambien hay ovejas negras en nuestro colectivo que infringen las normas y se ponen ellos en peligro, creándonos mala fama a los demás. Sin embargo, utilizar a estas ovejas negras como ejemplo, y muchas veces como justificación de los asesinatos a ciclistas, es un actitud a la altura de la negación del Holocausto.

Hoy tengo más dudas y miedos que ayer al salir a pedalear por la carretera, pero sinceramente creo que no habrá asesinos suficientes para exterminarnos a todos. ¿Y tu, eres un asesino?