Seis meses han pasado ya desde que decidimos embarcarnos en esta nueva etapa irlandesa de nuestras vidas, podría decir aquello de "parece que fue ayer" y no me equivocaría, aun hay momentos en los que cierro los ojos y aún creo que acabamos de aterrizar y toda nuestra vida se encuentra recogida en cuatro maletas y un montón de cajas en paradero desconocido... Parece que fue ayer, pero por suerte ya casi hemos olvidado la odisea de mudanza, por suerte llego todo, y llego intacto. 

Con todos nuestros enseres personales llegaron nuestras preciadas bicicletas y por raro que parezca, todos los domingos desde entonces he podido salir un ratito a disfrutar de las dos ruedas, unos días más, otros días menos, algún que otro chaparrón, pero todas la semanas menos una, he podido disfrutar de al menos un día de mi droga particular. 


En este sentido, una de mis mayores sorpresas aquí ha sido encontrar a un compañero de trabajo igual de enamorado del ciclismo que yo, vecino y que se conoce la zona a la perfección, por lo que estoy contando con un sherpa de lujo en este periodo de adaptación ciclista a la isla. 

Así, cada siete días nos subimos sobre nuestras monturas de dos ruedas y vamos sumando kilómetros mientras nos vamos marcando objetivos y retos futuros. Mi compañero Lukasz no ha participado todavía en ninguna cicloturista, así que poco hemos tardado en apuntarnos al que será nuestro gran evento del año, la Wicklow 100, que además tendrá lugar por la zona en la que normalmente rodamos los domingos. 



Esperemos que de aquí a Junio vaya surgiendo alguna que otra prueba más en la que podamos ir sumando kilómetros, y sobre todo que una vez pasado el duro invierno y empecemos a sumar horas de luz, podamos ir cogiendo algo mas la bici durante la semana y no se haga tan larga la espera entre pedalada y pedalada.... Mientras tanto iremos resumiendo las semanas en siete dias y dos ruedas como reza el título del post (gracias AGC por la inspiración)