Terminaba mi última entrada en el blog marcándome como objetivo el ser capaz de mantener el nivel de actividad y poder ir sumando más kilómetros y cosas que contar por aquí, y aunque sin muchos alardes, parece que después de un mes la constancia no me ha abandonado.

Habiendo sido capaz de mantener al menos tres días de actividad por semana, alternando bici y carrera a pie, con algún que otro "Up & Running" incluido, he tenido incluso la osadía de volver a ponerme un dorsal para una carrera nocturna de 10 kilómetros.


Aprovechando las vacaciones en le playa y acompañado de mi cuñado José, siempre dispuesto a todo, nos animamos a apuntarnos con la única intención de disfrutar de la carrera tranquila al lado del mar y de las merecidas cervezas de después.

Con un recorrido facilito de ida vuelta por el paseo marítimo de Peñíscola, y el desafío de no haberme acercado a la distancia en más de un año, empezamos la carrera intentando marcar un ritmo lo más conservador posible, aunque la adrenalina y el ambiente siempre te invitan a ir un puntito más rápido de lo normal. Como las sensaciones van siendo buenas, una vez pasado el avituallamiento que marca la mitad de la carrera, me animo a ir aumentando progresivamente la velocidad para acabar el último kilómetro esprintando como un descosido con las piernas como el chicle cruzando la meta con un tiempo final de 48min 30seg, alegría alegría.


La próxima parada será un modesto trail de 13km por los alrededores de Dublin el próximo 28 de noviembre, no se porque me da, pero creo que para entonces lloverá sobre mojado...