Nací en octubre, no se si tendrá relación o no, pero para mi el otoño es cada año como llegar a casa. Las cunetas repletas de hojas muertas, los paisajes rebosantes de infinidad de tonos marrones y ocres, las primeras lluvias (si no vives en Irlanda claro), los días que se acortan sin remedio; el inicio del fin del año en definitiva.
Otra de las cosas que suelen ser características de la llegada del otoño, quizá como recuerdo de la época escolar, es la llegada de las rutinas. Después del verano y su libertad, sus horarios eclécticos e infinidad de opciones, llegaba siempre el otoño, con su vuelta al cole, su ropa de entretiempo y sus dichosos horarios.
Por suerte para mí, después de algo más de un año, este otoño ha llegado con la disciplina sufucuente para poder acoplar los entrenamientos dento de mi rutina diaría sin tener que alterar demasiado esta, ni la necesidad de enormes esfuerzos extras, al menos de momento.
Tan sencillo como ir corriendo al trabajo dos días a la semana (ayuda el tener ducha en la oficina) y volver a casa corriendo otros dos días la semana siguiente. Todo esto sumado a las dos/tres horitas que le robo a la familia temprano los domingos, me sitúan en una mucho mejor situación que a estas mismas alturas el año pasado. Veremos lo que puedo aguantar según vaya empeorando el tiempo.
Así, poco a poco, voy recuperando sensaciones decentes en la carrera a pie, ayudado sobre todo por días como el de ayer, en el que acompañado por mi compañero Jorge volví a disfrutar de correr por la montaña, reconociendo el terreno para lo que nos espera justo en un mes y disfrutar de vistas como las que acompañan esta entrada.
Y es que a veces, solo a veces, no está tan mal esto de vivir en la rutina.
Que disfrutéis el otoño.
Que grande. En mi trabajo primero quitaron la caldera de la ducha para ahorrar costes, después alguien necesitaría la alcachofa para su casa. No he vuelto a bajar, no sea que se me ocurra llevarme la bombilla. A por el rescue mountin ese!!!
ResponderEliminarGracias por el comentario Javi, aprovecharemos mientras podamos... Te debo una llamada por cierto!
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