Ayer día 28 de noviembre tenía lugar la tercera edición de la carrera de montaña Run The Line, en la que en contra de toda razón y sentido común tomamos la salida mi compañero Jorge y yo en un auténtico día de perros, ejemplar del invierno irlandés.
A las 11:10h empezamos a correr bajo la lluvia para afrontar los algo menos de 13 kilómetros de la carrera; después de unos primeros metros por asfalto para ir calentando los músculos tomamos un desvío a la derecha que nos lleva a la primera gran subida de la jornada, ya por terreno embarrado y pedregoso que no abandonaremos hasta que volvamos a este mismo punto de camino a la meta.
Los siguientes 4 kilómetros transcurren más o menos igual, pendiente constante, lluvia incesante y poco terreno (y resuello) para correr: Aproximadamente a la altura del kilómetro 4.5 y después de haber ascendido sin descanso unos 260 metros, llegamos a la primera parte más o menos llana del día, algo mas de 1 km para descargar las piernas e intentar coger aliento antes de encarar la última subida dura.
Subida dura no solo por lo empinado y embarrado del terreno, sino porque al salir de la zona de arboleda nos encontramos en la parte descubierta de la montaña, totalmente expuestos a un viento que nos sopla de costado con rachas por encima de los 60 km/h. Son apenas 1.5 km de subida, en los que ganamos aproximadamente otros interminables 140 metros hasta llegar al refugio de "Fairy Castle" que marcaba el final de la subida.
La bajada no empezaba mucho mejor. Al girar a la izquierda nos encontrábamos ahora con toda la fuerza del viento soplando en nuestra contra, haciendo casi imposible correr incluso cuesta abajo. Poco a poco seguimos bajando y girando hasta entrar de nuevo en la parte protegida por los arboles donde podemos empezar a correr y disfrutar ahora sí de la bajada.
Llegamos al avituallamiento, agua y un poco de azúcar en forma de ositos de gominola para recuperar algo de fuerzas y afrontar la última subida del día, toca de nuevo caminar, tirar de riñones y de las pocas fuerzas que ya quedan para retomar los últimos 2.5 kilómetros de pronunciada bajada ciertamente peligrosa en algunos tramos debido a lo rocoso y embarrado del terreno. Me emociono algo más de la cuenta y un coscorrón en una parte resbaladiza de la bajada me hace recordar aquello de que los últimos serán los primeros...
Kilómetro 12, de vuelta al asfalto, último tramo favorable para correr en el que las piernas ya apenas responden, llegamos a meta 1h 27min, agua y barro hasta las orejas, pero sobre todo la sensación de que nos hemos ganado la cerveza, objetivo último de todas estás locuras.
Despedida de la "temporada" deportiva para mi, y despedida de Irlanda para Jorge en un día que seguro no podrá olvidar. Todo lo mejor, compañero.
Toca empezar a pensar ya en 2016 que se presenta de nuevo repleto de cambios, ya veremos lo que nos toca. Hoy de momento, descansar.
Como me engañaste con esta carrera pájaro....un gustazo haber compartido kilómetros y pintas. Un abrazo!!!
ResponderEliminarVaya tela Jorge, y nos lo queríamos perder... Y a quien voy a engañar yo ahora?? Cuidate :)
EliminarSeguro que buenos Kelly!
ResponderEliminarY tu que los veas Lolo!
EliminarCon esos vientos, barros y cuestas arriba, 1h27min es un resultado muy bueno... enhorabuena, valiente! :)
ResponderEliminarGracias Alberto! La verdad que teniendo en cuenta mi lamentable estado de forma no me puedo quejar.
EliminarLa proxima no te escapas ;)