El día de la carrera amaneció despejado, con fuertes rachas de viento y sensación térmica bajo cero, pero los cielos azules y el sol alumbrando. Era un buen comienzo.
La salida era al medio día, por lo que había tiempo de sobra para organizar desayuno(s) bicicleta y demás arreglos logísticos. La clave como siempre, que nadie olvide nada.
Carrera cerca de casa y de fácil acceso, las Biking Blitz son unas series dedicadas a promocionar el mountain bike a nivel popular en Irlanda. Cada carrera tiene dos categorías, Principiante (carrera a 1 vuelta) y Super Pro (carrera a 2 vueltas). Con el orgullo globero por las nubes y unas ganas enormes de volver a correr, solo había una opción para mi: a por las dos vueltas.
La salida se da puntual y los primeros 400 metros nos enfrentan a la subida más dura del día, lo cual no está mal para entrar en calor pero desmoraliza cuando te adelantan por ambos lados mientras tú intentas coger aire por las orejas y mover los palos que tienes como piernas al mismo tiempo. Al terminar la subida llegamos a un falso llano que nos lleva al primer ‘single track’ de la jornada. Para disfrute de cualquier amante del Mountain Bike, más de un 60% del circuito estaba compuesto por este tipo de senderos, que son un lujo por lo que se disfruta en ellos, pero pueden ser también un inconveniente si el biker que te toca delante tiene demasiado apego por sus frenos: no hay manera de adelantar.
Y así pasamos la primera vuelta, sufriendo en las subidas y disfrutando (mucho) en las bajadas. El descenso a meta es espectacular, curva, contracurva, reguero, salto, peralte, ese pino ha pasado demasiado cerca no??? Cruzo el arco de meta más o menos en el tiempo previsto y vuelvo a enfrentarme a la cuesta de salida. Dos corredores en el horizonte y nadie a la vista por detrás, parece que en esta vuelta seré yo solo contra los elementos.
Mientras pienso esto empieza a nevar, a nevar mucho, poco puede pasar ya para mejorar el día. Intento mantener un ritmo alto, aunque al no tener referencias ni por delante ni por detrás se hace más difícil estimar el esfuerzo. Senderos, subidas, bajadas, nieve, que pocas cosas hacen falta para ser feliz.
Al salir del penúltimo descenso alcanzo a uno de los corredores que llevaba delante, me crezco e intento apretar en la subida para abrirle hueco, inevitablemente me vuelve a pasar, aunque consigo mantenerle a la vista y darle alcance de nuevo justo antes de encarar la bajada a meta, victoria moral para el globero!
Ultima bajada sin incidencias y curzo meta en el tiempo más o menos esperado, cansado pero contento y casi con ganas de darme otra vuelta al circuito (pero solo casi)
Experiencia más que positiva y cita fija en mi calendario siempre que sea posible.
Y hasta aquí por hoy, Happy Trails!!
Parece que en efecto lo pasaste bien, con nieve y todo! Valiente :) Me alegro!
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